France Télécom y siete de sus exejecutivos son juzgados por “acosar moralmente” a sus empleados y desencadenar una ola de suicidios entre 2007 y 2010. La causa ha quedado vista para sentencia.
“No perdamos nuestra vida ganándonosla”. En torno a este lema, un centenar de personas se dieron cita este jueves a las puertas del Tribunal de Gran Instancia de París. Reunidas a pleno sol y empapadas por el bochorno, reclamaban que France Télécom y siete de sus exejecutivos fueran condenados por “acosar moralmente” a sus empleados. Un acoso que habría desencadenado una ola de suicidios sin precedentes en el seno de la empresa durante la crisis financiera entre 2007 y 2010. La causa ha quedado vista para sentencia.
Tras dos meses y medio de juicio, 46 audiencias más de 30 testigos, con “canícula […] problemas de salud […] larguísimas jornadas […] momentos de emoción […] y silencios de dolor” incluidos, la presidenta del tribunal, Cécile Louis-Loyant, concluyó este “histórico” proceso judicial en Francia. En total, la instrucción ha reconocido 39 víctimas: 19 se suicidaron, 12 lo intentaron y otras ocho sufrieron fuertes cuadros de depresión.
Familiares de víctimas, sindicalistas, un buen puñado de estudiantes de derecho, cuatro bancos repletos de periodistas y abogados con toga, intercalados entre una masa de curiosos, acudieron puntuales a la sala 2.01 poniendo de manifiesto la trascendental dimensión mediática y social del juicio. Nunca antes una empresa del CAC40, principal índice bursátil de la Bolsa de París, y sus antiguos altos cargos han sido requeridos por la justicia para responder sobre la gestión social de sus empleados.