Al menos media docena de franceses que combatieron en las filas de los rebeldes prorrusos en Ucrania como voluntarios militan ahora en las filas del movimiento de protesta galo.

Una boina color burdeos adornada con el broche de la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra, un chaleco amarillo fluorescente del que cuelgan varias medallas de condecoración, una espesa barba negra y un acicalado bigote; tal excéntrica mezcla no podía pasar desapercibida entre las filas de los chalecos amarillos. Detrás de esta descripción aparece un personaje, cuando menos, polémico: Víctor Alfonso Lenta, conocido por su participación como paramilitar al servicio de las fuerzas separatistas prorrusas en la región del Donbás, al este de Ucrania. Junto a Víctor Lenta aparecen otros compañeros de batalla, reunidos ahora en torno a un movimiento social inédito que continúa zarandeando la presidencia de Emmanuel Macron.

Nacido en 1988 en el municipio de Garzón, Colombia, Víctor Lenta llegó a Francia con doce años, su vocación militar responde a una mera cuestión de “lógica”: “habiendo crecido en Francia, en su sistema educativo…, inscribirme en el Ejército era una manera de devolver al país todo lo que me había dado”, explica. Su compromiso militar duró tan solo cinco años: “Me di cuenta de que en la práctica no servimos a los intereses de Francia, sino a los intereses de los americanos, me fui por un desacuerdo político”. Sin embargo, más allá de esta divergencia política, varios medios de comunicación franceses aseguran que Víctor Lenta fue forzado a dejar el Ejército tras verse implicado en la violenta agresión de un estudiante chileno, Manuel Andrés Pardo, en 2012 en la ciudad de Toulouse. Dicha agresión se tradujo en una condena de treinta meses de prisión para Mathieu Clique, antiguo dirigente del Bloque Identitario, organización clasificada en la extrema derecha del espectro político.

“Al final, en todos los conflictos en los que intervenimos la razón de nuestra presencia no es otra que los intereses privados… Decidí irme porque esto no correspondía para nada con lo que yo quería hacer”, asegura, eludiendo su participación en el altercado. Dos años después de su salida del Ejército, en 2014, Víctor Lenta fundó la asociación Unidad Continental, cuyo objetivo no era otro que reclutar a combatientes interesados en unirse a las fuerzas separatistas prorrusas en el conflicto ucraniano. “¿Por qué fui a Ucrania? Es simple, creo que no había derecho a llevar a cabo una guerra estadounidense en Europa, era una guerra civil y acudí para apoyar a la población del Donbás, víctima de un golpe de Estado americano-occidental”, enfatiza el ex paracaidista que permaneció en la región ucraniana de junio de 2014 a septiembre de 2015.